Egipto y el Movimiento de No Alineación
El Movimiento de No Alineación se fundó con los países presentes en la Conferencia de Bandung en 1955, siendo el resultado de la Guerra Fría entre el bloque liderado por Estados Unidos (Occidental, incluido la OTAN) y el bloque oriental liderado por la Unión Soviética (que incluía el Pacto de Varsovia).
Egipto es una de las naciones fundamentales en la creación del Movimiento de No Alineación, desempeñando un papel crucial en su fundación, desarrollo y apoyo continuo. Su importancia radica en su peso regional e internacional, al albergar cerca de dos tercios de los países miembros de las Naciones Unidas, actuando como el marco principal y más amplio para coordinar las posturas de los países en desarrollo sobre diversas cuestiones políticas, económicas y sociales en la agenda internacional. El presidente egipcio Gamal Abdel Nasser fue uno de los fundadores de este movimiento, junto con el primer ministro indio Jawaharlal Nehru, el presidente yugoslavo Tito y el presidente indonesio Ahmad Sukarno. El movimiento tiene como objetivo mantener la paz y seguridad mundial, eliminar el colonialismo de manera significativa, lograr la justicia entre todas las naciones, respetar a todos los miembros y fortalecer los intereses comunes, así como respetar los derechos humanos.
Egipto contribuyó notablemente a transformar las ideas relacionadas con la no alineación en una realidad palpable en los primeros días del movimiento. Albergó su segunda cumbre en 1964 y la decimoquinta cumbre de líderes y jefes de Estado del movimiento en Sharm El Sheikh en julio de 2009. Esta última cumbre fue un hito en la historia del Movimiento de No Alineación en el siglo XXI, comparable a la Cumbre de El Cairo en 1964, durante el auge del movimiento de independencia y liberación a nivel mundial. La cumbre en Sharm El Sheikh marcó una evolución cualitativa en el curso del movimiento, alejándose del marco político general hacia una fase de detalles específicos y un tratamiento más profundo de los problemas. Comenzó el proceso de organizar los problemas presentados en la agenda de manera cualitativa, lo que se convirtió en una tradición o capítulos fijos en las declaraciones finales posteriores del movimiento.
El rendimiento destacado de Egipto durante su presidencia en el Movimiento de No Alineación contribuyó al éxito de las actividades del movimiento en el pasado reciente, permitiéndole hablar con una sola voz y responder de manera efectiva a cualquier desarrollo en la escena internacional. Desde que asumió la presidencia en la decimoquinta cumbre, Egipto ha construido sobre los logros acumulados por las presidencias anteriores para fortalecer su papel a nivel internacional, especialmente en el marco de las Naciones Unidas. Continuó esforzándose y coordinando con todos los Estados miembros para completar la implementación fiel del Plan de Acción de Sharm El Sheikh hasta la próxima cumbre en Irán.
Los documentos emitidos por la cumbre de Sharm El Sheikh subrayaron la importancia de la cooperación Sur-Sur y con las naciones industrializadas del Norte, advirtiendo contra la toma de decisiones unilaterales por parte de algunas naciones industrializadas que tendrían un impacto muy negativo en los países en desarrollo. Además, se resaltó la importancia de la cooperación entre el Grupo de los 77 y los No Alineados, ambos superpuestos en objetivos y membresía, así como el Grupo de los 15, que surgió del Movimiento de No Alineación a mediados de la década de 1980 y celebra reuniones al margen de las conferencias del movimiento.
Durante la presidencia de Egipto, se admitió a Azerbaiyán y Fiji como miembros y se adoptó la "Declaración de Bali" para conmemorar el quincuagésimo aniversario del establecimiento del movimiento. Esta declaración establece los objetivos y pasos clave para abordar los desafíos contemporáneos y define la visión de los miembros del movimiento hacia los problemas y desafíos globales en los próximos años.
El expresidente Mohamed Morsi participó en la cumbre número 16 del Movimiento de No Alineación celebrada en Teherán, Irán, del 30 al 31 de agosto de 2012, durante la cual Egipto transfirió la presidencia de la cumbre a Irán.
El mundo y el Medio Oriente han experimentado importantes desarrollos desde la presidencia de Egipto en la cumbre de Sharm El Sheikh en 2009 hasta la cumbre de Irán en agosto de 2021. Estos incluyen la crisis financiera mundial iniciada en los Estados Unidos y la sucesión de eventos de las revoluciones árabes desde Túnez hasta Egipto, Libia, Yemen y Siria. También se destacan el surgimiento de Sudán del Sur, la retirada de las fuerzas estadounidenses de Iraq y el creciente influjo iraní en la región. La guerra diplomática, amenazas, sanciones y boicot contra Irán por su programa nuclear y acusaciones de buscar armas nucleares resaltan la importancia del papel del Movimiento de No Alineación en estos eventos internacionales.
En mayo de 2020, el presidente Abdel Fattah El-Sisi participó en la cumbre de No Alineación bajo el título "Unidos frente a la pandemia del nuevo coronavirus". La cumbre abordó las repercusiones de la propagación del COVID-19, discutiendo formas de abordar la crisis desde sus aspectos sanitarios, sociales y económicos. El presidente El-Sisi subrayó la importancia de la cooperación internacional para una respuesta efectiva y urgente a la pandemia, asegurando suministros médicos y preventivos, intensificando la investigación científica para desarrollar tratamientos y vacunas, y apoyando a las economías de los países en desarrollo.
En octubre de 2020, en el margen de la 75ª Asamblea General de las Naciones Unidas, se llevó a cabo una reunión virtual ministerial de No Alineación. El ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, enfatizó la prioridad que Egipto otorga al movimiento como marco importante para coordinar las posturas de los países en desarrollo sobre diversos problemas globales. Subrayó la necesidad de unir esfuerzos para restaurar la confianza en los mecanismos multilaterales y enfrentar los desafíos actuales del sistema internacional.
El embajador Ahmed Ihab Jamal Eldin, representante permanente de Egipto en Ginebra, participó en la reunión ministerial de No Alineación en junio de 2021, destacando las medidas adoptadas por Egipto para mitigar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Abogó por la colaboración en la lucha contra el terrorismo, la creación de una zona libre de armas de destrucción masiva en el Medio Oriente, el establecimiento de normas de gobernanza de Internet y la solución política de conflictos en Libia, Siria y Yemen, así como la necesidad de abordar la cuestión palestina conforme a las resoluciones internacionales. Además, resaltó la importancia de apoyar a las mujeres, especialmente durante la pandemia, mediante diversas iniciativas y políticas sociales y económicas.
El 22 de agosto de 2021, el Ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, habló sobre el Movimiento de No Alineación, destacando su amplitud y la incorporación de países en desarrollo, así como la adopción de los principios de los estados fundadores. Señaló que la movilidad ha logrado equilibrio y estabilidad en las relaciones exteriores en un tiempo marcado por la tensión y la dominación unilateral. Shoukry enfatizó la importancia de un mayor interacción entre los miembros del movimiento, la formulación del futuro y la superación de desafíos para lograr intereses comunes.
Egipto considera que el Movimiento de No Alineación representa el marco más importante y amplio para coordinar las posturas de los países en desarrollo sobre diversas cuestiones políticas, económicas y sociales en la agenda de las Naciones Unidas. Destaca la importancia de mantener y fortalecer el movimiento debido a su peso regional e internacional y su papel como bloque significativo en las votaciones. La colaboración entre los países miembros es esencial para defender sus intereses y los de sus poblaciones.
La posición egipcia destaca que, dado el cambio en las condiciones internacionales, el movimiento debe desarrollar sus herramientas para contribuir de manera constructiva y realista en los asuntos internacionales. Con el actual deterioro de principios fundamentales, Egipto aboga por fortalecer y reconstruir el movimiento para enfrentar desafíos como la no intervención en asuntos internos de los estados, respetar la soberanía y la estabilidad, y contrarrestar el unilateralismo.
La historia y el liderazgo de Egipto en la creación del Movimiento de No Alineación se reconocen como fundamentales para su desarrollo continuo. Egipto aboga por intensificar los esfuerzos conjuntos con otros países para apoyar el movimiento, hacerlo más eficiente y abordar los cambios globales en política, economía y cultura.
Fuentes:
- Sitio web de la Presidencia de la República Árabe de Egipto.
- Sitio web de la Autoridad General de Información Egipcia