Egipto y Las Naciones Unidas

Egipto y Las Naciones Unidas

Desde su fundación en octubre de 1945, la política egipcia ha buscado estar a la vanguardia de los países fundadores de las Naciones Unidas. Egipto fue uno de los 51 países fundadores de la organización internacional, respaldando sus roles y posiciones. La membresía de Egipto en las Naciones Unidas se caracteriza por su participación activa e interés en asuntos internacionales, regionales y árabes, demostrados mediante su participación en las reuniones anuales de la Asamblea General de las Naciones Unidas para presentar sus posturas y orientaciones en política exterior ante diversas cuestiones regionales e internacionales.

Egipto es una de las pocas naciones elegidas seis veces como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU desde su creación en 1946 hasta la última vez en enero de 2016, con dos mandatos consecutivos. Durante estos períodos, Egipto desempeñó un papel destacado y distintivo en el Consejo de Seguridad.

Desde su establecimiento, la relación de Egipto con las Naciones Unidas ha evolucionado, con participación en diversas ocasiones, como en 1946-1947, 1949-1950, 1961-1962, 1984-1985 y 1996-1997. Egipto lideró sesiones del Consejo de Seguridad en mayo de 2016 y agosto de 2017, contribuyendo a discusiones sobre cuestiones internacionales y regionales, destacando su papel en la lucha contra el terrorismo.

En el ámbito de las operaciones de mantenimiento de la paz, Egipto ha contribuido significativamente a través de su ejército, siendo seleccionado para participar en misiones que promueven la estabilidad y la paz en áreas conflictivas en todo el mundo. Desde su primera contribución en 1960 en el Congo, Egipto ha participado en 37 misiones de paz con aproximadamente 30,000 de sus oficiales y soldados en 24 países de África, Asia, Europa y América Latina.

Además, Egipto estableció el Centro de El Cairo para el Entrenamiento en Resolución de Conflictos y Mantenimiento de la Paz en África en 1995, capacitando a unos 200 estudiantes anualmente de países africanos de habla francesa, inglesa y portuguesa para fortalecer la cooperación y la interacción entre los grupos lingüísticos y culturales en África.

En asuntos árabes, Egipto ha abogado por soluciones políticas en la crisis libia y ha instado al Consejo de Seguridad a documentar violaciones cometidas por algunos países, especialmente Qatar, al armar y financiar grupos terroristas en Libia.

En la crisis siria, Egipto ha llamado a discutir la propuesta estadounidense sobre el ataque químico en Siria y ha instado a Rusia y Estados Unidos a llegar a un entendimiento sobre la crisis, destacando cómo esta guerra ha creado un refugio seguro para organizaciones terroristas y ha generado problemas para millones de migrantes y refugiados hacia Europa.

Respecto a la cuestión palestina, Egipto ha instado al Consejo de Seguridad a buscar una solución justa, poniendo fin a los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este. En enero de 2016, Egipto instó al Consejo de Seguridad a asumir su responsabilidad para proteger al pueblo palestino y corregir la situación en los territorios palestinos, pidiendo el fin de la ocupación israelí.

Además, Egipto solicitó una sesión de emergencia en el Consejo de Seguridad para abordar la crisis de los musulmanes rohingya en Myanmar, condenando la violencia y el genocidio étnico, lo que llevó a una sesión de emergencia en septiembre de 2017 para discutir la evolución de la crisis.

En marzo de 2022, Egipto participó en la reunión de emergencia de la Asamblea General de la ONU sobre la guerra entre Rusia y Ucrania, respaldando una resolución que condena el ataque ruso y exige la retirada inmediata e incondicional de las fuerzas rusas de Ucrania. Egipto votó a favor, reafirmando su compromiso con el derecho internacional y los principios de la Carta de las Naciones Unidas:
1. La búsqueda de una solución política rápida para poner fin a la crisis a través del diálogo y de manera pacífica, mediante una diplomacia activa, debe seguir siendo la prioridad de la comunidad internacional en su conjunto para abordar la crisis actual, permitiendo así el espacio político necesario para lograr ese objetivo fundamental.

2. Egipto destaca la importancia de no ignorar la investigación de las raíces y causas de la actual crisis, abordándolas de manera que garantice la resolución de la crisis, logrando la seguridad y estabilidad.

3. Egipto rechaza el enfoque de emplear sanciones económicas fuera del marco de los mecanismos multilaterales del sistema internacional, basándose en experiencias pasadas que tuvieron graves impactos humanitarios a lo largo de las décadas.

4. Todas las partes deben asumir la responsabilidad adecuada para garantizar el flujo de ayuda humanitaria a todos los necesitados sin discriminación, asegurando también el paso fluido de los residentes extranjeros a través de las fronteras, en respuesta a informes de transacciones discriminatorias.

5. Egipto renueva la advertencia sobre los efectos económicos y sociales perjudiciales de la actual crisis en la economía mundial, que aún sufre las repercusiones de la pandemia, evidenciado por la creciente interrupción de las cadenas de suministro y el movimiento internacional de vuelos.

6. La efectividad y credibilidad de los mecanismos internacionales multilaterales para hacer frente a los desafíos y crisis sucesivas dependen de abordar todas las crisis internacionales según estándares consistentes con los principios y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas, evitando compromisos que consoliden la realidad y el sufrimiento humano.

Visión de Egipto sobre el proyecto de reforma de las Naciones Unidas

Egipto ha desempeñado un papel activo en muchas consultas preliminares realizadas en las agencias de las Naciones Unidas sobre la reforma de las Naciones Unidas en general y la expansión del Consejo de Seguridad en particular. La visión de Egipto para la reforma de las Naciones Unidas incluye la necesidad de fortalecer la independencia de la organización frente a las presiones internacionales, permitiéndole desempeñar su misión con independencia y neutralidad. También aboga por el estricto respeto a la soberanía de los estados y la no intervención en sus asuntos internos.

Egipto, que actualmente tiene un representante permanente de rango de embajador en las sedes de las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra, además de representantes permanentes designados por Egipto en las agencias afiliadas de las Naciones Unidas, busca ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad en el contexto del proyecto de ampliación de la membresía del Consejo y el aumento de la representación de los países en desarrollo. Egipto destaca la importancia de mantener la acción africana común y la transparencia en la posición africana conjunta. Esto se reflejó en la Cumbre de Sirte en julio de 2005, donde se emitió una declaración en nombre de los presidentes, insistiendo en el derecho de África a tener dos miembros permanentes en un Consejo de Seguridad ampliado con derecho de veto y cinco asientos no permanentes distribuidos entre las cinco regiones políticas africanas del continente.

El movimiento egipcio dentro del marco de ampliación del Consejo de Seguridad se basa en su larga historia de apoyo a los movimientos de liberación e independencia en el mundo en desarrollo. La situación actual de Egipto como un actor regional clave con afiliaciones islámicas, árabes, africanas y mediterráneas, así como su expansión en Asia, respaldan su creciente peso político en los asuntos internacionales. Egipto también contribuye significativamente como uno de los mayores contribuyentes al mantenimiento de la paz de la ONU, habiendo respaldado estas operaciones desde su establecimiento en 1948 y participando en 37 misiones de mantenimiento de la paz en 24 países en África, Asia, Europa y América Latina