Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados
Traducido por/ Iman Ahmed Abdel-Ghany
Esa víctima silenciosa que paga una catastrófica factura anualmente por el flagelo de la guerra en la tierra, pues los humanos no fueron las únicas víctimas, sino que casi 40% de conflictos armados actuales alrededor del mundo están relacionados con los recursos naturales, ya sean recursos valiosos como madera, diamante, oro y petróleo o recursos escasos como el agua salubre y el suelo fértil. Se quemaron cultivos, se contaminaron pozos, se envenenó el suelo, se mataron los animales y se hizo deforestación en varios países debido a los conflictos con el fin de lograr ganancias militares.
Las guerras, sobre todo la Primera y Segunda Guerra Mundial, dejaron su huella en la tierra significativamente, y según un estudio publicado en el periódico “Nature”, el 70% de las reservas naturales de África fueron dañadas a causa de las guerras que tuvieron lugar en el continente en el período (1946-2010), lo que provocó extinguirse una serie de mamíferos y aves silvestres, y alcanzar algunas especies a un estado crítico amenazándolas con la extinción.
En 2016, el número de guerras y conflictos armados en todo el mundo alcanzó su tasa más alta, con un estimado de 53 conflictos continuos en 37 países, mientras que el 12% de la población mundial vive en áreas de conflicto permanente, lo que provocó el desplazamiento forzado de casi 69 millones de hombres de sus hogares como resultado de los actos violentos desde la Segunda Guerra Mundial.
Esta ocasión es una invitación a la paz para el medio ambiente, que está muy relacionado con la salud humana y los medios de subsistencia, lo que ayuda a los países afectados por crisis a avanzar un paso más hacia el logro de los objetivos del desarrollo sostenible. Hablar de la contaminación resultante del flagelo de la guerra, las controversias y los conflictos en algún lugar está inevitablemente relacionado de primer grado con la seguridad humana, cuyos efectos se extienden a muchas generaciones venideras, especialmente si durante la guerra se utilizan armas nucleares. Entonces, es un caso fatídico para toda la humanidad.
Según las estadísticas de la “Cruz Roja”, hoy hay más de 14 mil bombas nucleares en el mundo, decenas o incluso miles de ellas listas para ser lanzados en un instante, y el poder de muchas de ellas es de decenas de veces mayor que las dos bombas atómicas que bombardearon las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, que causaron la muerte de unas 109 mil personas de la población total de Japón.